Damasco reitera su disposición a colaborar con la comunidad internacional y entregar sus armas químicas. Rusia asegura que trabaja ya con el régimen de Al Assad en un «plan concreto, claro y eficaz»
El texto condenará la masacre del pasado 21 de agosto a las afueras de Damasco, exigirá que se sancione y pedirá al régimen sirio que esclarezca su posesión de armamento químico y lo ponga «bajo la completa disposición» de la comunidad internacional. El proyecto francés, según precisó, está basado en el capítulo 7 de la Carta del organismo, que prevé «consecuencias extremadamente serias» en caso de violación de esas disposiciones.
El ministro sirio de Exteriores, Walid Muallen, ha reiterado este martes su visto bueno a la propuesta de cooperar con la comunidad internacional y ha añadido que la postura del régimen sirio busca «dejar sin argumentos la agresión norteamericana». «Ayer celebramos una ronda de conversaciones muy fructíferas con el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, que presentó la iniciativa referida a las armas químicas. Ya ayer por la tarde manifestamos nuestro acuerdo con la iniciativa», explicó Muallen.
Fabius avanzó el proyecto de resolución francesa tras reunirse con el presidente François Hollande, y después de que la gestión de la crisis siria haya dado un nuevo giro con la propuesta lanzada el lunes por Lavrov, que dio validez a una posibilidad apuntada por el estadounidense John Kerry.
«Las cosas han cambiado desde ayer, y tanto mejor [...] Hay que tomar la mano que se ofrezca, sea cual sea la interpretación, pero no caer en una trampa», señaló Fabius, que invitó a ser «extremadamente vigilante» para evitar toda «maniobra dilatoria».
«Resultados rápidos»
Será necesario, en palabras del ministro, que los primeros compromisos sirios «sean casi inmediatos», empezando por la adhesión del país a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas(OPAQ). «Hacen falta resultados rápidos», añadió en esa comparecencia, donde dejó claro que el objetivo de Francia ha sido desde el principio «la eliminación de la amenaza química y la protección del pueblo sirio».
Fabius destacó que aunque su país «quiere actuar de buena fe [...]todas las opciones siguen estando sobre la mesa», y consideró que el cambio en la postura rusa se debe en parte a la firmeza mostrada hasta ahora por parte de la comunidad internacional. «Y aunque no quiero caer en interpretaciones, también puede deberse a que se acerca el momento en que el informe de la ONU va a demostrar que la masacre química desgraciadamente es evidente, y que el régimen es el responsable».
La única manera de impedir «de verdad» un nuevo ataque de ese tipo, según Fabius, es garantizar que ese armamento está bajo control y es destruido, y con ese objetivo dijo estar en contacto permanente con el resto de miembros del Consejo de Seguridad. Fabius hablará hoy por teléfono con el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, y con sus homólogos chino y ruso, irá a finales de esta semana a China y «un poco más tarde» a Rusia.
Rusia prepara con Siria un plan «concreto»
El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, asegura que Rusia y Siria trabajan ya en un «plan concreto, claro y eficaz» para poner bajo control internacional las armas químicas sirias. El canciller indicó que Rusia está preparada para presentar «próximamente» dicho plan al Consejo Seguridad de la ONU y la comunidad internacional. «Estamos preparando las propuestas concretas en forma de un plan, que será presentado a todas las partes interesadas, incluido, desde luego, Estados Unidos», dijo Lavrov.
El jefe de la diplomacia rusa recalcó que la iniciativa de poner el arsenal sirio bajo control internacional «no elimina la necesidad de investigar todas las denuncias de empleo de armas químicas en Siria». «Los expertos de la ONU deben volver a Siria y cumplir plenamente su mandato», insistió.
Agregó que mantiene contactos con Kerry: «La última vez que hablamos fue ayer por la tarde, por teléfono. Le informé de lo que les acabo de contar», explicó Lavrov, que indicó que la propuesta de poner las armas químicas bajo control internacional «no es una iniciativa totalmente rusa».
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